El embalse estaba altísimo con unas orillas empinadas y complicado de andar, el sol a las 8 de la tarde me pegaba justo de frente y se reflejaba en el agua haciendo imposible ver los peces incluso con las polarizadas, a demás eran pocos los barbos que se dejaban ver muy metidos en la orilla sacando el lomo y aleta y delatando su posición.
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