Despuntaba el sol, un cartel de carretera indicaba que llegabamos a El Gordo y el frescor de la mañana nos hacia soñar con un gran dia de pesca con sol radiante y ausencia de viento. Cuanto anhelabamos un dia de pesca facil.
Tras el desvio oportuno, el gran Valdecañas se extiende majestuoso mostrandonos sus aguas en calma total, sus orillas verdes y un nivel embidiable de agua. Las condiciones perfectas, pero en la pesca no hay dia perfecto, y hoy el problema no estaria en el fuerte viento, sino en la turbidez y el color rojo oxido de sus aguas. Esta vez de nada servirian la paciencia, la observacion y el tacto de la caña y si un buen conocimiento de la zona y el deposito lleno.